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Por el nacimiento y habitual radicación en las Islas Baleares, y en tanto cursamos los estudios preuniversitarios. permitió que durante varios años llamara poderosamente nuestra atención el observar en innumerables extranjeros, principalmente anglosajones (que ya en los años cuarenta eran aficionados a visitarnos para disfrutar de nuestro sol y de nuestras playas) una para nosotros extraña costumbre de exhibir llamativos dibujos en las más variadas regiones de la superficie de la piel. A pesar de incitar la curiosidad. no logramos comprender su significado, porque si por un lado nos acuciaba la idea que su portador podía ser protagonista de deslumbrantes y misteriosas aventuras, por el otro no podíamos sustraernos de una vaga sensación de repugnancia, parecida a la que después sentiríamos frente a la contemplación de determinadas lacras humanas.
Fué preciso el transcurrir de unos años, los indispensables para la sedimentación del magma científico adquirido tras la consecución del título, para sentir la llamada vocacional de la Medicina Forense, y es lógico que en la preparación de tan interesante doctrina fuera donde empezamos a vislumbrar la intimidad conceptual de los tatuajes. Superados los recuerdos y los desvaídos clichés añejos, decidimos dedicáramos con más fervor y entusiasmo a documentarnos sobre tal materia, que teniendo sus orígenes en un simple y primitivo reconocimiento tribal. perdurase a través de milenios como manifestación voluntaria, ornamental, mítica y muchas veces inexplicable de la raza humana.
Finalmente, ya en pleno ejercicio de la forensía, ante lo reiterado de su hallazgo en los reclusos que debimos de reconocer con relativa frecuencia, en fallecidos a los que tuvirnos que autopsiar, cristalizó la idea de plasmar aquella ingenua curiosidad de la infancia, mediante la obtención de conocimientos y datos, tanto de naturaleza teórica como práctica, con los cuales elaborar los fundamentos de una Tesis Doctoral.
Así animados, empezamos a buscar y documentarnos sobre cuantos trabajos podían llegar a nuestras manos, que trataran de una manera más o menos directa sobre la materia escogida, cuando llegó a nuestro conocimiento que nuestro querido compañero, el Dr. J. CAMPS PIERA, había leído una Tesis Doctoral titulada "Valoración Médico-Legal de los Tatuajes". En ella, se preveía la posibilidad de utilizar una ficha especialmente confeccionada, donde se recogerían aquellos conceptos imprescindibles para la interpretación más o menos subjetiva de la personalidad del tatuado, y a modo de ejemplo incluía seis fichas rellenadas e interpretadas mediante fotografías de tatuajes que abarcan diferentes tipos, tanto en el sentido técnico como al referente a la personalidad de los sujetos. A partir de este momento, intuimos de nuevo que todo el trabajo recopilado con anterioridad iba a servirnos de base para la obtención de un estudio de ámbito netamente nacional, puesto que en los textos y trabajos leídos hasta entonces, siempre se recurría a datos estadísticos extranjeros, al no existir antecedentes en nuestra Nación sobre el particular.
En definitiva, nuestro trabajo para aspirar al grado de Doctor se basa en el estudio e interpretación de cien reclusos de ambos sexos que se han prestado voluntariamente a dejarse fotografiar los tatuajes, ser explorados médicamente y analizados respecto a su conducta antisocial, trabajo realizado en la Prisión Provincial de esta Ciudad. Aunque con anterior habíamos sopesado la posibilidad de incluir individuos procedentes de cuarteles, ambientes portuarios y centros psiquiátricos cerrados, dificultades materiales hicieron que prefiriésemos concentrar el estudio en los reclusos, que de todas maneras suponían una amplia muestra en cuanto a origen provincial, edad, profesión, ubicación de los tatuajes, etc., avalan las conclusiones obtenidas, tanto desde el punto de vista doctrinal como experimental.
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